Reflexiones a medio camino...

 Nuestras armas...
 Nuestros pequeños...





Cuando comenzamos nuestra andadura como asociación legalmente constituida ya llevábamos algunos años peleando en las calles de Cartagena por los gatos callejeros, o seremos correctos en el uso del lenguaje, por las colonias de gatos urbanos de la ciudad.
Habíamos hecho uso de los veterinarios de varias protectoras que sabiendo de nuestro desamparo nos daban cabida en sus proyectos y nos permitían llevar gatos cuando era posible a esterilizar. En cuanto a la atención primaria, la del día a día, para esa siempre hemos contado con la clínica veterinaria de la calle Salitre y ahora también con la de Los Molinos en el Barrio Peral.
Llevábamos esterilizados un buen número de ejemplares.
Sobre todo hembras, que en la calle no solo tienen que enfrentarse al hambre, a las inclemencias y a la indiferencia del hombre, cuando no a su mala fe, sino también a su propia naturaleza, a esos celos inclementes que las mantienen preñadas o criando cada día del año.
Ah, los animales, “si es que son puro instinto¡” pensará mas de uno, claro que a ese le rebatiría preguntándole qué somos los humanos y habida cuenta de como está el mundo atento a qué nos movemos. Eso sin contar que hasta la llegada de la píldora y de ahí en adelante otros medios, las hembras de esta especie también nos dedicábamos a criar o a gestar nuevos individuos.
Algún retrogrado hasta desearía que siguiera siendo así, a ese, le recuerdo que tiene madre y le deseo que tenga hijas.
Sigamos.
Nos dimos de alta como consecuencia de unas multas que se pusieron en el centro a dos cuidadoras y a un chico que para su desgracia, pasaba por ahí, por parte de la policía local de CT. Como no pudieron ponerlas por poner comida, las pusieron por ensuciar la vía pública.
Los animales necesitan alimentarse de pienso que está equilibrado, que les aporta cuanto necesitan, y que les permite además mantener intactos sus instintos primarios y seguir siendo cazadores.
Y de pienso y agua ha ido siempre el asunto, cuencos de plástico desechables, agua limpia y pienso seco.
El caso es que a instancias del ayuntamiento, con quien nos entrevistamos en aquella ocasión (concejales de turismo, de infraestructuras y de seguridad ciudadana), y que entendió la incongruencia de aquellas multas y las paró, nos dimos de alta para seguir realizando nuestra labor de una forma mas adecuada o mas organizada, como queráis entenderlo.
Seguimos trabajando y hacia febrero o marzo, la percepción del tiempo, cuando está tan cuajado de actividades se diluye, solicitamos una subvención para poder esterilizar las colonias de forma masiva y llegar al control necesario de las mismas para su adecuada gestión.
La subvención se solicitó a la Fundación Brigitte Bardot, a través del Refugio de Sierra Nevada que amplió la que tenía adjudicada para dar cabida en la misma a los gatos de Cartagena.
Un total de 500 animales entre Granada y Cartagena.
Comenzaron las esterilizaciones, en el blog podéis echar un ojo al artículo sobre la de mayo, que fue de alguna manera la primera, pues si antes habíamos esterilizado, cazado, llevado y traído, nunca lo habíamos hecho con ese volumen de animales.
A lo largo de estos meses hemos tenido que hacer encajes de bolillo para coordinar las esterilizaciones, veterinarios, quirófano, personal de cuatro gatos y los animales, que todos los días no son iguales y ya sabéis lo de la Ley de Murphy, el día antes o era festivo o había fútbol, o las calles inexplicablemente se llenaban de transeúntes, en fin, tenemos historias para aburrir al respecto.

Y a día de hoy, a mitad de camino, con casi 100 animales esterilizados gracias a esta subvención ha llegado el momento de hacer balance, un alto en el camino, una mirada en derredor y una pequeña reflexión.
Hemos puesto especial interés en completar primero la esterilización de Balcones Azules, colonia que se vio sometida a principios de verano a dos visitas del Catad, se retiraron 8 animales que no han sido reintegrados a su lugar, a su colonia urbana. Para mas inri estos animales estaban esterilizados y entregando como entregan los gatos en el Catad sin más, no ha habido manera humana de que nos los devuelvan.
¿Los han sacrificado vilmente?, ¿siguen malviviendo allí cuando son animales salvajes que han trabajado para Cartagena desde el momento que vinieron al mundo evitando con su sola presencia la llegada masiva de ratas procedentes del Cerro del Molinete a la ciudad?
Demasiadas incógnitas para una ciudad que se llama a sí misma moderna y cívica.

Y agradeciendo al concejal de sanidad que tras reunirnos con él, atendió nuestra solicitud y se han detenido las salidas del Catad para cazar gatos de las colonias urbanas de Cartagena.

En otros lugares del mundo, léase las grandes ciudades mediterráneas, referentes de la nuestra como pueden ser Roma, ciudades griegas, turcas, etc, los animales tienen santuarios o al menos se les respeta y atiende.
Eso navegando por las costas del Mediterráneo, si nos quedamos en casa, en la vertiente levantina (Tarragona, Barcelona, Valencia, Alicante..), prácticamente todas las grandes ciudades con algunas excepciones entre las que se encuentra Cartagena han ido solucionando los conflictos ciudadanos que la convivencia y el hecho de cuestionar el derecho a la vida de los gatos urbanos ha generado.
Nadie le pregunta a usted ciudadano si los gatos le gustan o no, es algo mas básico y esencial que eso. Los animales han venido al mundo, lo han hecho en las calles de Cartagena en este caso, y por encima de todo, TIENEN DERECHO A LA VIDA.

Hecho el inciso, seguimos trabajando,estamos esterilizando los gatos de la calle Gistber, hemos tocado Plaza del Lago, Plaza San Francisco, completado la colonia de Beatas, en fin, todo el entorno del Cerro del Molinete que si ha de convertirse en el motor de la recuperación de la ciudad apoyándose en el turismo, también deberíamos aprovechar la sensibilidad de la que en algunos casos carecemos en esta ciudad y que sí acompaña al resto de Europa para ello. Es digno de ver a turistas de todas las procedencias cámara en mano, alucinando con los gatos de Balcones Azules, como hace unos años lo hacían con la colonia que vivía en la escalinata donde ahora tenemos ese modernísimo acceso de escaleras mecánicas al Cerro en San Fernando y de cuya veracidad pueden dar amplio testimonio comerciantes y vecinos de la citada calle y del entorno de la misma.

Los gatos urbanos de Cartagena trabajan para nosotros, nos evitan plagas de insectos, de roedores que sin ellos camparían a sus anchas como lo hacen en algunos puntos de la ciudad privados de colonias de gatos.
Humanizan los espacios que ocupan y nos invitan a adentrarnos en ellos y gozar de su compañía.

Cuatro gatos sigue trabajando, seguiremos capturando gatos, llevándoles a esterilizar, soltándoles en sus colonias y atendiéndoles en las mismas.
Y abiertos siempre a que el ayuntamiento tome el control de la situación y ponernos a las órdenes de la ciudad.

Ana Rama
Presidenta de “Cuatro gatos Cartagena. Defensa animal.”


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