Linda, la última gata de la calle San Roque.

Estos serán a partir de ahora todos los gatos que nos saludaran desde el solar de la calle San Roque, a caballo entre Sagasta y El Carmen.


¿Triste verdad?
Pues aún lo es mas para todas aquellas personas que durante años han estado cuidando esta colonia, personas de distintos lugares de la ciudad, muchos vecinos de la zona, otros gentes de paso. Distintas edades, condiciones sociales y algo en común en todos ellos: el respeto a la vida y a los animales.

El rescate de Linda ha tenido lugar a mediados de junio y tiene final feliz...

Nos han avisado que la perrera ha vuelto al solar de San Roque y se ha llevado al macho que quedaba pero que no ha podido llevarse a la hembra, eran la última pareja de gatos, con esta son dos veces en algo mas de un mes que la perrera viene a llevarse animales.
De hecho se los han llevado todos.

Vamos al solar y nos encontramos con que están realizando unas prospecciones y se ha derribado la mitad de la pared, el animal ha podido huir despavorido por esas calles..., les daremos a los operarios un tlf de contacto por si ven a la gatica, nosotros no lo hacemos ni es mañana de lunes ni lo hicimos el domingo noche anterior.
El desencanto por lo ocurrido con esta colonia urbana hace mella en nuestro ánimo. Pero Rosa no cesa de decirme que la gatica tiene que estar ahí, que esa es su casa. Así que a la noche volvemos, tampoco la veremos en esta ocasión.

Ella no es la única que piensa que el animal permanece en el solar, los cuidadores siguen poniendo pienso y agua en lo alto de la pareta, en la mitad que queda. A finales de semana se ponen en contacto con Rosa para decirnos que la gata está en el solar, que estaba escondida en el hueco de una pared medianera y que sale a la noche, se ha tirado al menos dos días escondida. No sabemos si en ese tiempo ha comido o bebido algo.

Esperamos que caiga la noche sobre Cartagena para acercarnos a la pareta para buscarla.

Calle del Carmen
Calle Sagasta







Son cerca de las diez y media cuando llegamos al solar, y apenas tenemos que esperar un ratico para verla aparecer.
No sabemos si llorar o reir, Rosa tenía razón, ella sigue en su casa, no conoce otra cosa...















































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