Colonia de la Calle Beatas


Estas fotos pertenecen a la colonia de la Calle Beatas, el solar en el que ponemos la comida y el agua está perdido de desechos varios, y ni Rubio ni Rubia gustan de beber cerveza barata de bote.
Ni les hemos enseñado aún a tirar los zapatos viejos ni las bolsas de basura.
No diré mas.

Hace ya algún tiempo que nos ocupamos de ellos y a estas alturas cuantos aparecen en las fotos están esterilizados y desparasitados.
Si algún día nos da además para vacunas también las tendrán. 
Pero lo primero es lo primero, lo fue la esterilización y ahora lo es el que coman cada día.
Voy a presentarles por si les veis cualquier día paseando por Beatas.

Ella es Rubia, tiene un año escaso y es un ejemplar precioso, dócil, sociable y de talla grande. Después de esterilizarla pensé en buscarle casa de tal forma que a su hermano le dejé en Beatas y a ella en acogida dos calles mas allá. Cómo se las ingeniaron para saber el uno de la otra es un misterio pero Rubio se iba bajo el mirador a llorar para que le devolviéramos a su hermana y ésta subía a la terraza y buscaba cómo bajar llorando desconsoladamente a su hermano para que la rescatara. Cada día y cada noche, y cuando los vecinos se hicieron eco del cautiverio y de las quejas de los hermanos, desde la tierra y desde el cielo, nos vimos obligados a dejarla en la calle a ella también.
No perdemos la esperanza de encontrarle una casa.




 Rubio, al que podéis conocer frente a La Caridad en los bancos de la pequeña plazoleta que hay, rodeado de vecinos y de perros de vecino,s dejándose querer y mimar sobre un banco.
Anda siempre maullando, al principio me asustaba al oírle pensando en que algo malo podía ocurrirle, hasta llegué a bajar de madrugada pensando en un accidente. Y es solo que le ha tocado ser el barítono de la colonia.

Aquí aparecen los dos hermanos con la madre de Anan que tiene su misma cara y que desde que la esterilizamos está poniéndose preciosa. Fue de las últimas en coger y costó muchísimo porque es mas lista que el hambre. Tiene la misma cara de su hija, con unas facciones muy finas.



Las panteras de Beatas son, junto con su hermano Molinete, los restos que nos quedan en la colonia de los dos partos de su madre. Madre que también vive en la calle pero que va por libre y esta noche no estaba. Es tan negra y tan hermosa como ellos. Y a pesar de haber parido muy jovencica dos veces, siete y luego seis nenes, al estar atendida y ya esterilizada está muy guapa.
Del resto se colocó una tricolor de la primera camada, la semana santa con sus ruidos se llevó por delante a tres que perdimos de vista y no sabemos si se los llevaron para adoptar o qué ocurrió con ellos y las pequeñas Caruchi y Flori, que tras pasar por el quirófano y perder Caruchi un ojico por el que no se pudo hacer nada, ahora viven como reinas con Pepa.
El resto es historia, los coches, la calle, el frío. Y menos mal que al jinete apocalíptico del hambre le tenemos domado.



Este guapísimo Molinete, hermano de las panteras fue muy difícil de coger para esterilizar y como tenía reciente la jaula trampa, cuando perdió un ojo no pudimos cogerle de ninguna de las maneras. Ahora está mas dócil. Pero por su ojo no se pudo hacer nada.


Estampas de la colonia esperándonos y recibiéndonos, que no solo de pan vive el hombre ni de pienso el gato. Tienen hambre, también de atención y caricias.





Y para terminar una de las fotos mas bonitas que hemos tomado esta noche. Las panteras junticas.
Que son guapos, sociables, nobles, cariñosos, y podría seguir contándoos sobre ellos un buen rato.


De esta colonia faltan tres individuos  La madre de Moli y las panteras, una gata negra preciosa ya esterilizada. Y dos machos por castrar, uno rubio enorme del que me habían hablado y que estaba medio adoptado, aunque mas en la calle que recogido y un pobre al que han abandonado recientemente y que se lleva fatal con Rubio.
Os pondremos fotos de todos.

Ana

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